¿Sabemos los españoles seguir protocolos?

Protocolo: “Uno o un conjunto de procedimientos destinados a estandarizar un comportamiento humano o sistemático artificial frente a una situación específica” (Wikipedia).

En mi primer viaje a USA hace unos años, me quedé sorprendido de la forma de trabajar de algunas personas en ése país. Por ejemplo, los que hacen una cola y los que la atienden en una ventanilla, unos y otros tienen las reglas y el “protocolo” claros. Puedes probar a hacer eso tan típico español de colarte y dirigirte al mostrador: te ignorarán, es increíble, he visto a una viejecita (en USA trabajan las viejecitas por si no lo sabías…) permanecer impasible durante un rato ante una pesada, italiana por más señas, que pretendía “ser más guapa que nadie” y que le atendieran de inmediato, que “lo suyo debía ser muy urgente”. La empleada seguía un protocolo, y lo seguía fielmente, doy fe, y de lo demás, pasaba…

Imagen sarcástica tomada de avanceintermitente.com

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Y ahora nos toca a nosotros: es sorprendente la rapidez con la que se está instalando en nuestro lenguaje la expresión “protocolo” como sustituta de la más castiza “seguir al pie de la letra unas instrucciones”, sencillas, casi siempre. Si tú en España argumentas que no atiendes al que se cuela, porque son las instrucciones que te han dado te toman por medio tonto, pero si dices que estás siguiendo el protocolo…. ah! eso es otra cosa!

Que todo se haga a base de “protocolos” es una magnífica disculpa para que nadie acepte sus responsabilidades: los de arriba, porque los abajo no siguieron el protocolo, los de abajo, porque lo siguieron. Así nadie tiene la culpa de nada y si nadie pensaba dimitir ya tiene la disculpa que necesitaba.

Mi experiencia como docente, sobre todo cuando he llevado al aula de informática a grupos de alumnos para que, siguiendo unas instrucciones sencillas, un protocolo, vamos, se inscribieran en un aula Moodle, o realizaran un examen a través de esta misma aula virtual, me ha demostrado reiteradamente que un buen porcentaje de alumnos no son capaces de seguir esas sencillas instrucciones, probablemente no sepan seguir instrucciones en general, o sea no saben seguir un protocolo sencillo. Me temo que me ha pasado también con muchos adultos, pero no lo voy a contar aquí.

Cuando un protocolo falla, sólo puede ser debido a una de las cuatro razones siguientes:

  1. El protocolo está mal diseñado. En este caso debería rediseñarse. De hecho los protocolos deberían incluir una evaluación de su funcionamiento.
  2. El protocolo no se ha seguido correctamente de forma deliberada o por negligencia, que viene a ser lo mismo. Es el caso que contaba al principio de “saltarse la cola”. Un protocolo debería haber incluido procedimientos para evitarlo.
  3. El protocolo no se ha seguido correctamente por ignorancia o falta de formación adecuada. Debería haber incluido procedimientos de aprendizaje adecuados y de control de que no se cometen errores. Me temo que esto es lo que ha pasado con el caso del ébola en España.
  4. Ha ocurrido un accidente realmente imprevisible (un terremoto, se ha caído el techo, se ha ido la luz, se ha cortado internet..). Los protocolos fututuros al respecto deberían intentar minimizar estas posibilidades.

Dicho esto, vuelvo a mi pregunta de arriba: ¿Sabemos españoles seguir una breve serie de  instrucciones ? ¿Debería enseñarse en las escuelas? ¿Debería ser un requisito obligado para terminar la ESO?

Si digo aquí que he tenido que poner siempre en los exámenes que realizo a través de Moodle que se permitan dos intentos o más, es exclusivamente porque siempre hay algún alumno, o varios que entregan el examen sin terminar, antes de tiempo, a pesar de los carteles de aviso que le salen diciéndole que si está seguro de lo que va a hacer… En el sistema educativo, por lo menos en las enseñanzas medias, se tiene una enorme tolerancia con este tipo de errores. Si un profesor se pone serio y se niega a hacer un segundo examen a un alumno que, por no seguir correctamente el protocolo lo entregó sin completar, será calificado de intransigente y se dirá que es un mal profesor.

Claro, el problema de los mal que los españoles seguimos los protocolos, es un problema menor cuando el protocolo se refiere a “cosas intrascendentes” como los exámenes de secundaria, el comportamiento de los alumnos en el aula, en las excursiones, etc. Lo malo es cuando los protocolos afectan a cuestiones serias de la vida real, como el caso que en estos momentos, desgraciadamente, nos preocupa a todos los españoles.

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Un comentario

  1. Yo también he visto seguir protocolos en países sajones. Creo que los españoles sí sabríamos seguirlos, si el saltárselos estuviera mal visto por los propios ciudadanos, como si se tratara de una falta de respeto o una negligencia. Pero lamentablemente, en el mundo latino, saltarse un protocolo tiene una connotación de “ser más listo/astuto/independiente” que el resto, que se valora mucho.
    A nivel de educación, en mi opinión, los alumnos no se esfuerzan por seguir los protocolos porque los propios profesores hacen muchas excepciones a su cumplimiento (segundas o terceras oportunidades en los exámenes, recuperaciones fuera de la programación del departamento, vista gorda a las faltas de tarea o de asistencia, indultos con los partes de disciplina, se aceptan trabajos sin los requisitos establecidos etc…) alegando que la situación de ese alumno en concreto es excepcional, lo que lleva a otros alumnos y a sus padres a conseguir esa excepcionalidad.
    Por experiencia, si el profesor es inflexible exigiendo seguir el protocolo establecido para realizar un proyecto, una reglas de aula, un modo de resolver un examen, etc, pero les ayuda en la resolución de dificultades para seguirlo, los alumnos lo aprenden rápido, se exigen entre ellos, se consideran tratados justamente y se respeta al profesor porque saben lo que pueden esperar de él y lo que no.

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