Por qué tienes que usar Moodle u otro LMS “sí o sí”

Los herederos del libro de texto

En nuestro “post” anterior anunciábamos la próxima muerte del libro de texto en papel y su necesaria sustitución por materiales didácticos en formato digital. Hoy nos vamos a centrar en las ventajas de utilizar un aula virtual tipo Moodle o, en su defecto, de cualquier LMS similar como Chamaeleo, Blackboard, la futura EDx, entre los más de veinte que menciona la wikipedia

La proliferación de otros tipos de servicios educativos disponibles a través de la web es tal que resulta materialmente imposible que un profesor pueda estar al día de cuáles utilizar y cuáles no. En este blog hemos hablado ya de algunos de ellos, por ejemplo para hacer mapas conceptuales o para hacer infografías. Simplemente elegir cuáles de ellos vamos a usar y aprender a hacerlo, supone una cantidad de tiempo de la que muy pocos profesores disponen o están dispuestos a gastar, y no digamos conseguir que los alumnos entren a la que se les ha pedido y no a cualquier otra cosa. Quien haya inscrito a sus alumnos en una simple aula virtual, tipo Moodle, comprobando con qué facilidad olvidan sus claves o intentan entrar a una página equivocada, entenderá de qué estamos hablando.

La clase tradicional la formaban, básicamente, un profesor y un par de recursos: la pizarra y los libros de texto. El profesor se servía del libro de texto, o de sus propios apuntes, para llevar a la pizarra el contenido de aprendizaje. El libro de texto o sus propios apuntes han sido, son todavía, el hilo conductor del trabajo en el aula, digamos el organizador de todo el proceso. Aunque todos hemos tenido profesores que llegaban a clase y explicaban “lo que les daba la gana”, reconoceremos que, salvo excepciones no gozaban de muy buena prensa y, hoy en día, con las presiones de los padres y demás, no parece que pudieran tener mucho sitio en los centros educativos.

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Luego si se dan las tres premisas:

  1. No va haber más remedio que pasar a lo digital y además muy barato o gratis.
  2. Es casi imposible organizar un curso en base al maremágnum de aplicaciones educativas “on line” disponibles, a pesar de que muchas de ellas son buenísimas.
  3. El profesor necesita un organizador, sea un libro de texto, unos apuntes o una programación.

La solución pasa, creemos que necesariamente, por usar un LMS; y Moodle, seguimos pensando que es la mejor opción. ¿Por qué?

Las ventajas de usar un aula virtual

  1. Porque es relativamente fácil, aunque bastante trabajoso, pasar materiales didácticos escritos a formato digital interactivo. Ojo que no hablamos de interactividad tipo videojuego o exclusivamente gráfica en la que el alumno mueve cosas con el ratón, sino interactividad intelectual, en la que el alumno tiene que usar el material para comprender unos contenidos, hacerse preguntas y/o buscar las respuestas.
  2. Porque es posible y bastante fácil integrar otros recursos como vídeos, presentaciones, mapas conceptuales, simulaciones y un largo etc. en el aula virtual haciéndola más dinámica. Por eso se llaman LMS (Sistemas de manejo de objetos de aprendizaje). Las explicaciones pueden ser sustituidas o complementadas por una amplia gama de versiones del mismo contenido conceptual facilitando el aprendizaje.
  3. Porque permite un control exhaustivo de la actividad del alumno, cosa que en estos tiempos no es baladí, ya que al profesor se le está exigiendo cada vez más que sepa todo acerca del aprendizaje del alumno, al tiempo que las aulas empieza a tener 37 alumnos, como en los viejos tiempos. Hemos llamado a Moodle en alguna ocasión el “Gran hermano”. El profesor, y eventualmente los padres, pueden saber en cada momento si un alumno está realizando las tareas de aprendizaje encomendadas y en qué nivel de aprendizaje se encuentra. Un aula virtual puede ser de mucha ayuda.
  4. Porque el trabajo que vayas haciendo de elaborar materiales, textos, cuestionarios, seleccionar vídeos, etc. te queda para el futuro. Si lo has hecho bien, no tendrás que volverlo a hacer. vamos que un curso virtual es la versión moderna de esos “apuntes amarillentos de toda la vida” que siempre se han puesto como ejemplo de que los profesores no nos reciclábamos.
  5. Porque permiten un reciclaje de los materiales muy fácil. Si contienen erratas, si hay partes que se entienden mal, si hay preguntas en un cuestionario que no miden bien el aprendizaje, si has encontrado un vídeo que te gusta más, etc. todo ello puede ser cambiado con media docena de clics.
  6. Porque los alumnos pueden trabajar en casa y avanzar o repasar a su propio ritmo y bajo la supervisión de sus padres.

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 Los inconvenientes de usar un aula virtual

Si todo fuera tan fácil y tan bonito como hemos escrito en el punto anterior, todos los profesores estarían utilizando Moddle o similares como locos. Nuestra experiencia es que ocurre exactamente lo contrario. Veamos algunas razones para no usar Moodle:

  1. El trabajo de poner materiales en una aula virtual es equivalente al de escribir un libro. Muchos profesores piensan que no es su tarea y, probablemente tienen razón. En el post anterior hemos discutido sobre el problema de la gratuidad de los libros de texto en papel. Pues en este caso el problema es similar. Alguien debería pagar por la elaboración de estos materiales.
  2. Mientras en California, las autoridades regalan Ipads a los alumnos para usarlos en clase, en España los centros educativos no tienen más que una o dos aulas de informática, con menos ordenadores que alumnos, casi siempre con varios estropeados y con el horario copado por las asignaturas de informática y el departamento de Tecnología.
  3. Hay alumnos que no tienen internet en casa. La crisis está afectando a mucha gente de manera muy grave, no nos engañemos. Al término “pobreza energética” acuñado para aquellas familias que no encienden la calefacción por falta de dinero, va a tener que añadirse el de “pobreza digital” para las que no pueden pagarse una conexión a internet para que estudien sus hijos. Como esto ya lo hemos sufrido en nuestra práctica, en estos casos les señalamos que existen bibliotecas públicas en las que el acceso a internet es gratuito, que las usen.

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Las posibles soluciones o “por donde podrían ir las cosas en el futuro”

Los profesores, salvo excepciones, no van a hacer cursos cursos “on line”. Hace ya casi diez años que Moodle se empezó a implantar en muchos centros educativos y, a falta de datos fiables, creemos que su implantación es muy baja. Por cierto, si quieres contribuir a que existan datos un poco más fiables, te invitamos a:

Contestar a una encuesta sobre el uso de Moodle

La única solución, que nosotros vemos, es que los cursos “on line” sean elaborados por terceros diferentes a los profesores, sean editoriales, consejerías, asociaciones, colectivos de profesores, grupos de trabajo, etc.  y que sean utilizados de forma gratuita o de pago por los centros educativos. Vamos, algo similar a lo que ya ocurre con los libros de texto, pero creemos que mucho más baratos para los alumnos, aunque no necesariamente gratis.

 

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Un comentario

  1. Interesante entrada, sin duda, y muy de actualidad. Desde mi punto de vista hay que añadir una cuestión novedosa que ya está empezando a surgir: todos sabemos que siempre ha habido buenos y malos profesores. Y que un problema importante de la educación es que los malos profesores no tienen capacidad suficiente para darse cuenta de que lo son (salvo aquellos pocos que sí y que simplemente asumen sus problemas de conciencia sin inmutarse, pero creo que estos son pocos). Con la llegada de la docencia on-line o a través de sistemas digitales el rol, el estilo y las competencias docentes cambian mucho. Tanto es así que podemos encontrar profesores presencialmente excelentes que se convierten en malos docentes electrónicos, viceversa, así como otros tipos de combinaciones. Sin duda a los docentes les va a ir haciendo falta preparación en este campo. y no sólo técnica (que también) sino MUY IMPORTANTE: preparación didáctica sobre la utilización de los nuevos medios disponibles, sus ventajas, estrategias, motivación, etc. algo que en general están olvidando los agentes que se lanzan a la formación del profesorado en este campo.
    Otra cosa más: ¿libro de texto, aula virtual, presencia del profesor? personalmente tengo el reparto claro: el libro de texto (de seguir) es el almacén básico de consulta o de ejercicios (pero a extinguir); el aula virtual es el presente y un escenario fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje, en ello se debe focalizar la mayor parte del trabajo personal del alumnado (incluso colaborativo), no hay disculpa razonable para eludir esta responsabilidad; ¿y el profesor presencialmente? es la guinda del pastel, debería ser todo carisma y enganche, de forma que sus intervenciones presenciales aporten calidad añadida a todo ello. ¿Cómo? mejorando sus cualidades para la dramatización comunicativa en el aula (gran comunicador) y dirigiendo y dinamizando actividades colectivas presenciales que fuercen al alumnado a interactuar presencialmente.
    Una cosa más, siento la duración. No olvidemos que otro de los males de la enseñanza nacional ha sido el permanente desequilibrio entre lo teórico y lo práctico. En este sentido lo electrónico tiene un riesgo similar, pese a que ofrece casi infinitas posibilidades para generar actividades de aprendizaje prácticas, mucho me temo que la tendencia es volver a decantarnos por los contenidos teóricos.
    Felicitaciones a INVESTEA por ahondar en este tipo de temas y por mantenerse “viva” en la actualidad educativa.

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