Hielo azul en el Glaciar de Argentière. Chamonix (Francia)

La nieve cuando cae es blanca y esponjosa, como casi todo el mundo ha tenido ocasión de observar. Est es así porque un copo de nieve tiene la típica forma de cristal hexagonal que se ha convertido en el conocido símbolo del frío.

Cuando la nive caida recibe más y más capas de nieve encima, se va compactando, es decir, va teniendo menos aire, con lo que deja de ser esponjosa para convertirse en neviza, nieve dura.

Si el proceso de acumulación de nieve continúa, la parte de abajo soporta cada vez más peso, con lo que cada vez resulta más compacta transfromándose poco a poco en hielo, casi sin aire. A este proceso ayuda el hecho de que en la superficie hay nieve que se funde, transformándose en agua que al caer hacia el interior del glaciar ocupa el lugra del aire y se vuelve a fundir. Este primer hielo que todavía contiene mucho aire se denomina hielo blanco y es similar al que hay en nuestras neveras.

Cuando la compresión y la fusión del hielo y recristalización avanzan, el hielo del fondo del glaciar se transforma en hielo azul, casi sin aire, por eso tiene este color y con propiedades plásticas. Se comporta como un fluido, a pesar de ser un sólido.

En las grietas, en los seracs o en los icebergs se puede ver claramente este color.